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¿Cómo los cambios bruscos de temperatura afectan nuestra salud?

Las células ciliadas del aparato respiratorio se ven considerablemente comprometidas por los cambios bruscos de temperaturas. Cuando bajan de repente, el movimiento de los cilios tiende a disminuir hasta detenerse. Foto: Freepik

Los cambios bruscos de temperatura, que van normalmente de la mano con los cambios de estación, hacen a nuestro cuerpo más vulnerable a las infecciones y virus porque debe adaptarse a esta alteración climática. Este proceso incide también en nuestro sistema inmunológico, especialmente en el sistema respiratorio.

Los propios mecanismos de defensa del aparato respiratorio incluyen células que segregan el moco necesario para detener los agentes víricos, las bacterias y partículas irritantes. Son estas células ciliadas las que, con su movimiento, ayudan a desplazar el moco para eliminarlo posteriormente.

¿Cómo reacciona el cuerpo?

Las células ciliadas del aparato respiratorio se ven considerablemente comprometidas por los cambios bruscos de temperaturas. Cuando bajan de repente, el movimiento de los cilios tiende a disminuir hasta detenerse, lo que produce la acumulación de moco y favorece las infecciones que desencadenan la aparición de enfermedades respiratorias.

En esta temporada invernal estamos expuestos a frecuentes cambios de temperatura. Mientras estamos en el exterior nuestro cuerpo experimenta el frío del ambiente, sin embargo, al entrar al hogar, oficinas u otros espacios que cuenten con calefacción pasamos del frío extremo al calor extremo. Estos cambios térmicos afectan nuestra salud provocando resfriados estacionales, malestar general, alergias y otros padecimientos.

Evita los cambios bruscos de temperatura

Para prevenir enfermedades por los cambios bruscos de temperatura, y cuidar nuestra salud durante el invierno, es recomendable no abrigarse en exceso en lugares que cuenten con calefacción para procurar que el cambio de temperatura sea gradual cuando pasemos de un ambiente a otro. Mantener una temperatura de 21 a 23 grados en casa y en el lugar de trabajo. Evita lugares con mala o poca ventilación, así como lugares muy frecuentados como los centros comerciales.

Es importante que te seques y vistas rápidamente luego de ducharte, nunca salgas a la calle con el cabello mojado o húmedo. No abuses de los deshumedecedores ni de las calefacciones. Usa ropa abrigadora si practicas alguna actividad física fuera de casa. Debes proteger con especial cuidado el cuello, pecho, boca y nariz, siempre que salgas procura usar chalina. Y no olvides siempre lavarte muy bien las manos.

Todos estos consejos te ayudarán a evitar enfermedades respiratorias durante el invierno.

Fuentes

Martens, W. J. M., Slooff, R., & Jackson, E. K. (1998). El cambio climático, la salud humana y el desarrollo sostenible. Revista Panamericana de Salud Pública, 4, 100-105.

Vargas Marcos, F., & Gallego Pulgarín, I. (2005). Calidad ambiental interior: bienestar, confort y salud. Revista española de salud pública, 79, 243-251.

Zazo, M. P. D. (2015). Prevención de riesgos laborables. Seguridad y salud laboral. Ediciones Paraninfo, SA.

Europa Press.

Vital RPP Noticias.

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