El 20 de junio se celebra en nuestro país el Día Nacional de la Lucha contra la Hepatitis B. Fue declarado por el Ministerio de Salud (Minsa) desde el año 2011 con el objeto de emprender acciones que favorezcan la adecuada aplicación y sostenibilidad de las intervenciones sanitarias para su control.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las infecciones por hepatitis virales se han extendido y afectan a 400 millones de personas en todo el mundo, más de 10 veces el número de personas infectadas con el VIH.
Cerca de 1.4 millones de personas mueren cada año a causa de esta enfermedad y se estima que solo el 5 % de las personas con hepatitis crónica sabe que tiene la infección y menos del 1% de los afectados tiene acceso al tratamiento.
¿Cuáles son los síntomas y qué consecuencias tiene?
La hepatitis B es una infección potencialmente mortal que afecta al hígado y puede conducir al desarrollo de cirrosis y cáncer hepático. Las zonas más afectadas con hepatitis B son las regiones de la sierra. Además, los grupos de riesgo son el personal de salud y las trabajadoras sexuales.
La persona infectada con esta afección puede sentirse como si tuviera gripe. También puede tener ictericia, una coloración amarillenta de la piel y los ojos, orina de color oscuro y deposiciones pálidas. Algunas personas no presentan síntomas.
Un análisis de sangre puede determinar si tiene el virus. La hepatitis B generalmente mejora por sí sola al cabo de unos meses. Si no mejora, se llama hepatitis B crónica, que dura toda la vida. Este puede conducir a la cicatrización del hígado, llamada cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado.
¿Cómo se transmite?
La hepatitis B se transmite a través de las relaciones sexuales sin protección o uso de drogas inyectables. El virus se encuentra en la sangre, semen y fluidos vaginales. También puede encontrarse en la saliva, lágrimas y leche materna.
Las vías de contagio son:
- Relaciones sexuales con una persona infectada.
- Compartir artículos de uso personal como navajas de afeitar, cepillos de dientes, corta uñas o tijeras.
- Compartir agujas para inyectarse drogas con una persona infectada, uso de equipo o agujas no estériles para realizarse tatuajes, piercings o tratarse con acupuntura.
- Transmisión de madre a bebé durante el parto.
¿Cómo se previene la hepatitis B?
La hepatitis B se puede prevenir a través de la aplicación de la vacuna que requiere tres dosis. Todos los bebés deben vacunarse, pero los niños mayores y los adultos también pueden hacerlo. Si viaja a países donde la hepatitis B es común, debe aplicarse la vacuna. La vacunación contra este mal es gratuita en todos los establecimientos de salud del Minsa.
El tratamiento apropiado de las hepatitis B puede evitar la aparición de las graves complicaciones potencialmente mortales de las hepatopatías crónicas: la cirrosis y el cáncer de hígado. La aplicación de las vacunas, así como un buen tratamiento, pueden ayudar a palear los síntomas y erradicar esta enfermedad, pero sin duda la mejor medida será siempre la prevención.