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Medical Assistant - Clínicas de Salud Ocupacional

¿Qué es la ansiedad y cómo hacerle frente?

La ansiedad es solo un indicador de una enfermedad subyacente cuando los sentimientos se vuelven excesivos, en todo momento e interfieren con la vida cotidiana. Foto. Freepik

La ansiedad es un mecanismo adaptativo y de defensa natural de nuestro cuerpo que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. En realidad, un cierto grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en situaciones especialmente peligrosas. En forma moderada moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante.

En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. Más concretamente, si el estado es desproporcionado con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. Esto se conoce como trastornos de ansiedad, que son afecciones en las que esta condición no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden interferir con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la escuela y las relaciones entre personas.

En otras palabras, la ansiedad es normal en situaciones estresantes, como hablar en público o realizar una prueba. De hecho, es solo un indicador de una enfermedad subyacente cuando los sentimientos se vuelven excesivos, en todo momento e interfieren con la vida cotidiana.

Aunque no es posible determinar una única causa que provoque la ansiedad, ciertas experiencias de vida, como acontecimientos traumáticos, parecen causar los trastornos de ansiedad en personas que ya son propensas a esta afección, especialmente aquellos que tienen algún rasgo hereditario.

¿Cómo afecta a nuestro cuerpo?

Concretamente, la ansiedad se puede manifestar a nivel emocional y físico. Es importante reconocer ambos tipos de sentimientos o sensaciones y acudir al médico en cuanto se detectan, ya que una persona con esta condición que experimente estos síntomas puede considerarlos como signos de una enfermedad grave y, en consecuencia, empeorar en la enfermedad.

Entre los síntomas mentales se encuentran preocupación constante, cansancio, irritabilidad y problemas para concentrarse y conciliar el sueño. Y entre los síntomas físicos se encuentran pulsaciones elevadas, sudoración excesiva, tensión muscular, temblores, mareos, desmayos,

En términos generales, los signos y síntomas de la ansiedad más comunes incluyen los siguientes: sensación de nerviosismo, agitación o tensión; sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe; aumento del ritmo cardíaco; respiración acelerada (hiperventilación); sudoración; temblores. sensación de debilidad o cansancio.

¿Cómo hacerle frente a la ansiedad?

A continuación, compartimos algunos consejos y recomendaciones que te ayudarán a manejar la ansiedad:

1. Acepta el miedo y transfórmalo

El miedo es una emoción humana, así́ que no es algo extraño que lo experimentes. La evasión afecta la forma en que vives, ya que limita la forma en que encaras la vida. Con la práctica de algunas técnicas, puedes aprender cómo el miedo afecta tu cuerpo y cómo puedes controlar tu respuesta al estrés.

2. Respira para calmar la ansiedad

Cuando sufres un ataque de ansiedad, lo primero es recuperar el control de tu respiración haciendo inspiraciones y exhalaciones lentas y profundas. Controlar la respuesta física al miedo puede influir sobre tu respuesta emocional. Si aun así te cuesta controlarte, tal vez debas consultar con un especialista.

3. Supera tus propios pensamientos

El miedo es causado en gran parte por tus pensamientos. Tu cuerpo proporciona un estímulo al miedo y tu mente se dispara, dándote toda clase de motivos irracionales por los cuales deberías sentir miedo. Identifica esos pensamientos que te producen miedo, como percibes una situación afecta lo que sientes al respecto. Abordar el miedo de forma racional, realista y con un cambio en la forma en que piensas te ayudará a superar su estímulo intenso e irracional.

4. Lleva un diario

Escribe lo que has sentido y pensado antes y durante el ataque. Incluso, si te ves capaz, trata de hacerlo cuando notes que empiezas a perder el control y que puedes sufrir el ataque. Puede ser un modo de detenerlo al desplazar tu atención de la ansiedad que sientes y focalizarla en escribir.

Estas sencillas recomendaciones pueden ser de mucha ayuda en esos momentos de estrés y miedo, empieza a incorporarlos a tu vida y hazle frente a la ansiedad.

Fuentes
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