Antes de profundizar en esta práctica, primero es necesario comprender que el Sistema Osteomioarticular (SOMA) está conformado por huesos, músculos, tendones, articulaciones y otras estructuras periarticulares.
Este sistema interviene en todas las funciones voluntarias del individuo, como mantener la postura, realizar movimientos, sostener y proteger órganos. Por ello está sometido constantemente a factores externos e internos que pueden afectar su salud y bienestar.
¿Cuál es el objetivo del examen osteomioarticular?
El examen osteomioarticular consiste en determina cuál es el estado del SOMA, y se realiza mediante una exploración para establecer la fuerza muscular esquelética, mediciones de los miembros y movilidad articular. Como el SOMA es el encargado de la movilidad y desplazamiento de todo el cuerpo, cualquier afectación en él tiene incidencia en la realización de actividades cotidianas y el desempeño laboral.
Este examen busca el origen del dolor y si el dolor es causado por inflamación o alguna patología. Por tal motivo, es necesario identificar si el dolor es de la extremidad o es un dolor referido. Para hacer un diagnóstico más preciso, la evaluación no debe limitarse a extremidades superiores e inferiores, también se deben examinar huesos, músculos, tendones, bursas y articulaciones.
¿Por qué es importante examinar el SOMA?
Los síntomas de afectación del SOMA se evidencian si un trabajador manifiesta tener inflamación o dolor en alguna extremidad al moverla, y si ese dolor empieza afectarlo en sus actividades diarias.
Los exámenes preocupacionales y ocupacionales de rutina deberían incluir una exploración osteomioarticular. Esto permitiría detectar alguna patología antes de desempeñar alguna tarea o establecer si las condiciones y actividades laborales están promoviendo algún daño en el SOMA.
¿Cómo se lleva a cabo este examen?
El procedimiento de una evaluación osteomioarticular consta de tres pasos: inspección, medición y palpación. La inspección debe realizarse comparando la simetría ósea, entre el lado derecho y el izquierdo del cuerpo; se tiene que buscar la existencia o no de deformidades óseas, de tumefacción o edema de las partes blandas y los cambios de coloración cutánea.
En la medición se procura determinar si las extremidades (brazos, piernas, muslos y antebrazos) en su longitud y circunferencia son iguales. Y, por último, se explora si hay o no dolor a la palpación, la consistencia del músculo, la movilidad pasiva y la fuerza muscular oponiéndole resistencia al movimiento efector.
La mejor forma de prevenir afecciones en el SOMA es a través de evaluaciones periódicas, por ellos siempre recomendamos incluir un examen osteomioarticular en los paquetes de exámenes médicos ocupacionales.