Actualmente la pandemia del COVID‑19 afecta a muchos países de todo el mundo y a la fecha supera los 17 millones de contagios y, en nuestro país ya se ha superado los 400 mil casos de contagio y más de 19 mil personas han fallecido. ¿Los espacios cerrados aceleran la propagación del virus?
El virus puede escapar de la boca o la nariz de alguien y permanecer unos minutos en el aire, y desplazarse, hasta la boca o nariz de otra persona. Pero no en cualquier circunstancia. El riesgo de transmisión por el aire en interiores depende de cuatro factores: alta ocupación, larga duración, vocalización fuerte y mala ventilación.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el coronavirus puede propagarse por pequeñas partículas suspendidas en el aire. La transmisión aérea no se puede descartar en escenarios con multitudes o en lugares cerrados y poco ventilados, ya que facilitan la permanencia de estas gotículas en el aire o superficies.
Riesgos de contagio en espacios cerrados
El riesgo de la transmisión por aerosol se debe a que hay partículas microscópicas con el virus que una persona con coronavirus libera al toser, estornudar, hablar o respirar. Pero a diferencia de las gotículas, este tipo de partículas más pequeñas pueden quedar suspendidas en el aire, no solo caer y depositarse en alguna superficie.
El mayor riesgo se da en los espacios cerrados y abarrotados, salvo si la ventilación es eficiente. En lugares bien ventilados, como los hospitales donde se han realizado estudios, esto no es un problema en absoluto porque las gotitas cargadas de virus se eliminan rápida y eficientemente mediante ventilación.
¿Qué ocurre cuando hay mala ventilación en los espacios cerrados?
Cuando no funcionan los sistemas de ventilación o el local no está abierto al exterior, como en muchos lugares públicos cotidianos, existe mayor riesgo de contagio. Lo peor, y como se ha repetido en numerosos escenarios, es que el aire acondicionado esté en modo recirculación interior y no en un programa que permita la renovación de aire reemplazándolo con el del exterior.
El problema en sí mismo no son los lugares cerrados, sino la mala ventilación de aire. Por esta razón, si en medio de las medidas de la nueva normalidad debes acudir a espacios cerrados, es importante seguir usando mascarilla y protectores faciales. En la medida de lo posible abre puertas y ventanas que permitan la circulación de aire.
Mantener las medidas de higiene y seguridad es esencial para evitar la propagación del COVID-19, eso incluye el distanciamiento social, el uso de los equipos de protección personal (EPP), lavado de manos constante y por supuesto verificar que los espacios tengan buena ventilación.