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Mitos y verdades sobre la vacunación contra el COVID-19

Pese a los buenos resultados y las campañas en pro de la vacunación, aún muchas personas dudan sobre los efectos de las vacunas y especulan sobre reacciones secundarias. Foto: Freepik

Las vacunas para hacerle frente al COVID-19 tal vez representen la mejor esperanza para terminar con la pandemia. Estas vacunas pueden prevenir el contagio de COVID-19 o enfermarse de gravedad o, en el peor de los escenarios, la muerte. En este artículo abordaremos los mitos y verdades sobre la vacunación contra el COVID-19.

Igualmente, pueden prevenir la transmisión del virus que causa el COVID-19 a otros, a la vez que puede aumentar el número de personas que estén protegidas de contagiarse con el COVID-19, lo que hace que sea más difícil que la enfermedad se propague, y a la vez, contribuye a la inmunidad colectiva.

Las vacunas pueden también prevenir que el virus se propague y se replique, lo que le permite mutar y posiblemente volverse más resistente a las vacunas

Mitos y verdades sobre la vacunación contra el COVID-19

Pese a los buenos resultados y las campañas en pro de la vacunación, aún muchas personas dudan sobre los efectos de las vacunas y especulan sobre reacciones secundarias. A continuación, mencionamos los principales mitos y verdades sobre la vacunación:

1. La vacuna va a modificar nuestro ADN humano

Ningún estudio ha demostrado tal afirmación. Además, primero hay que diferenciar entre los tipos de vacuna. Las vacunas basadas en tecnología de Ácido Ribonucleico (ARN) mensajero ni llegan cerca a nuestro ADN, que está dentro del núcleo de nuestras células. Entonces, eso es extremadamente poco probable.

Las vacunas que emplean vectores virales, que en sí tienen un genoma de ADN, sí podrían llegar más cerca de nuestro genoma, pero hay que enfatizar que esto es, igualmente, muy poco probable. No hay ninguna evidencia de riesgos para el ADN humano con alguna de las vacunas desarrolladas.

2. La vacuna puede interferir en la fertilidad de las mujeres y los hombres

Tampoco hay ninguna certeza de que esto ocurra. Al contrario, ya han surgido las primeras evidencias de que la propia infección por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 puede influir en la fertilidad de los hombres, pero esto sería consecuencia de la infección del virus, y no por la vacuna.

3. Las vacunas no se probaron rigurosamente y no son seguras

La tecnología de ARNm que se utilizó en las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna existe desde hace más de una década y no es nueva en el campo del desarrollo de vacunas. Además, las vacunas de ARNm aprobadas se han sometido a rigurosas pruebas y ensayos clínicos que demuestran su seguridad y eficacia en las personas.

4. Aquellos que han tenido COVID-19 no deben participar de la vacunación

Se estima que los anticuerpos de la infección por COVID-19 duran aproximadamente de dos a cuatro meses, por lo que aquellos que han tenido una infección previa aún deben vacunarse. Las personas que han tenido la infección por COVID-19 pueden optar por esperar 90 días después de la infección porque se espera que estén protegidas por los anticuerpos durante ese período de tres meses.

La vacunación es la mejor opción para combatir esta enfermedad que lleva más de un año con nosotros y que cambió nuestro estilo de vida. Cualquier duda sobre la eficacia o los posibles efectos secundarios de las vacunas es importante aclararlo con médicos especialistas y no hacerse eco de mitos sin fundamento.

Fuentes
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