En artículos anteriores hemos hablado sobre las enfermedades ocupacionales que pueden ser desarrolladas por cualquier trabajador. Entre los padecimientos mencionados, uno de los más frecuentes es la gastritis.
La gastritis es una enfermedad que provoca la inflamación de la mucosa estomacal. Se origina por la aparición de la bacteria Helicobacter pylori, así como por el estrés, la ansiedad y el agobio producto de las responsabilidades laborales y tareas cotidianas.
Los malos hábitos alimenticios, llevar una dieta alta en grasas y alimentos muy condimentados e incluso pasar largos periodos sin comer pueden provocar esta enfermedad que se caracteriza por una sensación de vacío en la boca del estómago, acompañada en ocasiones de náuseas o mareos.
Además, es común que las personas que padecen de gastritis también presenten otras condiciones como la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE), mejor conocida como reflujo, cuyos síntomas más frecuentes son la sensación de ardor en el esófago, acidez y sensación de que los alimentos se regresan desde el estómago hasta la garganta.
Si bien existen varios tipos de gastritis como la aguda, crónica, erosiva y atrófica, todas asociadas a la gravedad y complicación de la misma, la gastritis que usualmente desarrollan los empleados es la gastritis psicosomática o emocional, provocada directamente por la ansiedad y el estrés.
La gastritis psicosomática es un trastorno emocional bastante común, incluso las personas tienden a confundir los síntomas de esta afección estomacal con otras condiciones como intestino irritable o síndrome del colon irritable.
¿Cuáles son los síntomas de la gastritis?
Aunque los síntomas pueden variar en cada persona y según la gravedad de su condición, en general se presentan inapetencia, ardor y acidez estomacal, náuseas y vómitos, dolor en la parte superior del vientre o el abdomen; y si la gastritis está causando sangrado del revestimiento del estómago, los síntomas pueden incluir heces negras y vómitos con sangre.
¿Cómo prevenir esta condición?
En primer lugar, debes detectar qué te está provocando la afección estomacal. Si ya descartaste la bacteria Helicobacter pylori, es necesario hacer una revisión de los hábitos alimenticios y de las actividades cotidianas.
Evita consumir alimentos muy condimentados y frituras. Procura no saltarte ninguna comida, por mucho trabajo que requiera de tu atención, siempre debes hacer una pausa para comer. Trata de hacer tres comidas y dos meriendas al día.
Es importante tomar suficiente agua, de 7 a 8 vasos al día mantendrán tu cuerpo hidratado. No te olvides de descansar, un trabajador agotado es más propenso a enfermarse y a la vez menos productivo.
Estos son solo algunos consejos, ahora solo debes darte el tiempo de cuidarte, tu estómago lo agradecerá.