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¿Qué es una prueba de antígenos COVID-19?

Las pruebas de antígenos se usan en las personas que ya presentan síntomas de COVID-19. Como estas pruebas son rápidas y menos costosas que las PCR; si se usan de manera adecuada pueden ayudar a evitar la propagación del COVID-19. Foto: Freepik

Existen tres pruebas diferentes que permiten saber si una persona está infectada con COVID-19: la prueba molecular, la prueba de antígenos y la serológicaLas moleculares y las de antígenos son pruebas de diagnóstico y las serológicas son pruebas de anticuerpos.

En esta ocasión trataremos sobre las pruebas de antígenos COVID-19. Estos exámenes buscan proteínas específicas, llamadas “antígenos”, del virus SARSCoV-2. Si la prueba muestra estos antígenos, significa que la persona tiene el virus en el cuerpo.

Es decir, si da positivo en la prueba, significa que actualmente esa persona tiene COVID-19 y puede transmitirles el virus a otras personas.

Características de la prueba de antígenos COVID-19

El procesamiento para la toma de prueba de antígenos es sencillo, ya que solo se necesita realizar un hisopado nasofaríngeo (tomar una muestra de secreción nasal) y colocarlo en un medio de transporte. Luego, se procesa la muestra en un casete donde está la tira reactiva que dirá si el resultado es positivo o negativo.

Muestra dos líneas si el individuo tiene coronavirus, y una si no se tiene. El tiempo que hay que esperar para saberlo es de unos 15 minutos aproximadamente, mucho más rápido que las pruebas PCR, que pueden demorar entre 24 y 48 horas.

Las pruebas de antígenos se usan en las personas que ya presentan síntomas de COVID-19. Como estas pruebas son rápidas y menos costosas que las PCR; si se usan de manera adecuada pueden ayudar a evitar la propagación del COVID-19 en lugares en los que las personas conviven, como las escuelas, las residencias de adultos mayores o las prisiones.

¿En qué se diferencia las pruebas de antígenos con las PCR?

Las pruebas de antígenos presentan la ventaja de ser rápidas, fáciles de usar y baratas. No se requiere un laboratorio para analizar las muestras y el personal sanitario que realiza la prueba no necesita un entrenamiento especial.

Sin embargo, su sensibilidad no es tan alta como la de las pruebas PCR. De hecho, las PCR muchas veces siguen dando positivo cuando la carga vírica es ínfima y no existe posibilidad de contagio.

Por lo general, las pruebas de antígenos son muy buenas para detectar el virus, pero no tanto como las pruebas de PCR. Sin embargo, la prueba puede indicar de manera errónea que se tiene COVID-19 aunque no lo tenga, es decir, un falso positivo. Aún no se sabe qué tan buenas son las pruebas de antígenos a la hora de detectar el virus en personas asintomáticas.

¿En qué se diferencian las pruebas de antígenos de las pruebas de anticuerpos?

Como ya hemos mencionado de forma reiterada, una prueba de antígenos muestra si una persona tiene el virus cuando se toma la prueba. Los proveedores usan esta prueba para diagnosticar a una persona con COVID-19. La prueba de anticuerpos muestra si una persona ha estado expuesta al virus anteriormente. Por lo general, no se recomienda para diagnosticar la COVID-19 en paciente asintomáticos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que las pruebas de antígenos funcionan bien con pacientes que tienen una carga elevada del virus. Asimismo, desde esta entidad no se recomienda el uso de esta prueba a los asintomáticos, salvo si se ha tenido contacto con algún positivo.

Con las pruebas de antígenos para el COVID-19, las personas con un resultado positivo y que tienen síntomas pueden recibir atención más rápidamente. Es posible identificar a los contactos, y comenzar antes el aislamiento o la cuarentena para ayudar a detener la trasmisión del virus.

Pero, la realidad, es que no hay ninguna prueba para el COVID-19 que sea 100% exacta. Es posible tener un resultado negativo y en realidad estar infectado (resultado falso negativo), o tener un resultado positivo y no estar infectado (resultado falso positivo). Así que es esencial continuar con las pautas de prevención como el distanciamiento físico y social, y ponerse una mascarilla cuando sea lo apropiado, así como el resto de los equipos de protección y extremar las medidas de higiene como el correcto y frecuente lavado de manos.

Fuentes
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