En la actualidad, las demandas visuales son más intensas y diversas que nunca, reflejo de la constante evolución de los entornos sociales y laborales. La capacidad de ver claramente no solo afecta nuestras interacciones cotidianas sino también nuestra eficacia y seguridad en el trabajo.
En el contexto mencionado anteriormente, debe ser una prioridad comprender las condiciones que pueden comprometer nuestra salud visual. Si usted o alguien que conoce ve borroso o distorsionado de lejos o de cerca, es probable que tenga una condición oftalmológica llamada ametropía.
¿Qué es la ametropía?
La ametropía es un defecto ocular que causa un enfoque incorrecto de un objeto sobre la retina, lo que repercute negativamente en la agudeza visual. En otras palabras, la ametropía es un error de refracción ocular que impide que una persona vea bien.
Una persona puede desarrollar ametropía debido a factores genéticos heredados, es decir, que sus padres hayan tenido esta condición. Sin embargo, el crecimiento del ojo y cambios en la forma de la córnea o el cristalino pueden ser otros causantes. Es de considerar que el uso prolongado a pantallas y la falta de luz natural, influyen en el desarrollo o progresión de la ametropía.
Entre los tipos más comunes de ametropía están: la miopía (dificultad para ver objetos lejanos) o hipermetropía (dificultad para ver objetos cercanos). No obstante, el astigmatismo (visión borrosa a todas las distancias) y presbicia (dificultad para ver de cerca, surge por la edad) también son usuales.
¿Se puede considerar una afección ocupacional?
Si bien la ametropía en sí misma es una condición preexistente y no causada directamente por el entorno laboral, ciertos aspectos del trabajo pueden maximizarla. Empleos que requieren esfuerzo visual constante y prolongado, como el trabajo con computadoras, o forzar la vista en la oscuridad exacerban los síntomas.
Si el trabajo contribuye a su severidad, y si se requieren medidas preventivas específicas para manejarla, se le puede considerar una afección ocupacional. De todas maneras, el modo en que la salud ocupacional interviene es a través de exámenes previos a la actividad y de forma periódica.
Tratamiento y prevención de la ametropía
El tratamiento común para la ametropía involucra el uso de anteojos correctivos o lentes de contacto diseñados para compensar la anomalía refractiva específica del individuo. En algunos casos, la cirugía refractiva con láser para modificar la forma de la córnea pueden ser una opción para corregir el problema permanentemente.
También es importante adoptar prácticas saludables de cuidado ocular en el lugar de trabajo, como seguir la regla 20-20-20. Es decir, cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies de distancia durante al menos 20 segundos. Asegurar una iluminación adecuada, y mantener una distancia saludable de las pantallas, para minimizar el esfuerzo ocular y prevenir el empeoramiento de esta afección.
Aquí te dejamos otras recomendaciones de prevención:
- Usar lentes de sol con protección UV puede ayudar a prevenir daños en la córnea y el cristalino.
- Consumir alimentos ricos en vitaminas y nutrientes esenciales para la salud ocular, como la vitamina A, C y E, y los ácidos grasos omega-3.
- Si se diagnostica con ametropía, es importante usar las gafas o lentes de contacto recetados de acuerdo con las indicaciones del especialista.
- Algunos especialistas recomiendan ejercicios para los ojos que pueden ayudar a mantener la flexibilidad del músculo ciliar y promover una buena salud visual.
Fomentar la conciencia sobre la prevención y el manejo de la ametropía en ambientes laborales es fundamental. Realizar exámenes visuales regulares y la implementación de políticas de salud ocupacional que consideren los riesgos y las necesidades visuales de los trabajadores.