El COVID-19 es una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2 que se propaga fácilmente entre personas de manera similar al resfriado común o a la gripe. ¿Cómo daña los pulmones el COVID-19?
La mayoría de las personas con COVID-19 presentan enfermedad respiratoria leve a moderada y es posible que algunas no presenten síntomas (infección asintomática). Otras experimentan síntomas graves y precisan de un tratamiento especializado y cuidados intensivos.
El síndrome respiratorio agudo grave desencadenado por la infección del coronavirus de tipo 2 (SARS-CoV-2), responsable del COVID-19, puede provocar daños graves en el tracto respiratorio y una insuficiencia pulmonar letal.
¿Qué dicen los estudios sobre los daños que causa el COVID-19?
Danny Jonigk, médico catedrático de la Facultad de Medicina de Hanóver, entidad anfitriona del proyecto XHaLe, proyecto financiado con fondos europeos en el que un equipo de investigadores ha logrado nuevos conocimientos sobre los efectos del SARS-CoV-2 en los pulmones; declaró en una noticia publicada en el sitio web del Consejo Europeo de Investigación: “Pudimos confirmar el daño ya conocido en los pulmones, que se produce al inflamarse las paredes de los alvéolos. Este fenómeno dificulta la entrada de oxígeno en la sangre”.
En segundo lugar, indica Jonigk, “encontramos un ingente número de coágulos en todas las secciones de los vasos sanguíneos, especialmente en los vasos pulmonares más finos, lo cual intensifica aún más la falta de aliento en los pacientes infectados por el coronavirus; en los pacientes con gripe sucede algo similar, si bien menos grave”.
¿Cómo daña los pulmones el COVID-19?
El SARS-CoV2 entra en las células de los alveolos (los neumocitos) y utiliza el contenido que hay dentro de ellas para multiplicarse de forma masiva, hasta matar a la célula en la que se encuentra. Según los datos disponibles hasta la fecha, cuando entra en una célula, puede infectarla y liberar entre 10.000 y 100.000 partículas virales nuevas.
Y el procedimiento se repite: entran en las células cercanas ampliando la infección. Al multiplicarse, el virus acaba con estos neumocitos y, por eso, se dificulta mucho el trabajo que deben realizar en cada inspiración para que el oxígeno llegue a la sangre y se reparta a todos los órganos del cuerpo.
La destrucción de los alveolos genera una respuesta de nuestro sistema inmune en forma de inflamación. Este proceso natural eficiente nos permite defendernos de los virus, bacterias y agentes externos; pero provoca irritación y aparece la fiebre, uno de los principales síntomas del COVID-19.
En los casos más leves, puede pasar desapercibida o no darse síntomas, pero al tener el virus en nuestro organismo, podemos contagiar a otros; por ello es fundamental quedarse en casa. Y si la infección se expande en los pulmones, es entonces cuando se origina la neumonía.
¿Cuáles son las consecuencias de la respuesta inflamatoria?
Esta respuesta inflamatoria produce unas sustancias que pueden dañar al propio pulmón y, si es muy elevada, genera una acumulación de líquidos que dificulta que el oxígeno atraviese esta pared tan finita de los alveolos y llegue a la sangre. Es decir, a mayor respuesta inflamatoria, más líquido se acumula, menos oxígeno llega a la sangre y más dióxido de carbono se queda dentro de nuestro cuerpo ocasionando una insuficiencia respiratoria.
Cuando esto ocurre, necesitamos respiradores artificiales para facilitar la respiración y ayudar a introducir y extraer aire de los pulmones. De ahí que los respiradores artificiales sean imprescindibles en la gestión de esta pandemia.
Hay pacientes que tras padecer la enfermedad se recuperan sin secuelas aparentes, pero también hay casos de personas que resultan con daños severos y permanentes en los pulmones, que incluso requieren un trasplante pulmonar.
Prevenir el COVID-19 es fundamental porque hasta el momento, no existe ningún medicamento antiviral para esta enfermedad. El tratamiento, realmente, se enfoca en controlar los síntomas. Cualquier declaración que se haga respecto a que un medicamento, un suplemento herbario u otra sustancia tratan con éxito, o curan, el COVID-19 es falsa.
Por esa razón, ahora más que nunca es importante seguir cumpliendo con el distanciamiento social, el lavado frecuente de manos y el uso de mascarillas para protegernos.