¿Por qué nunca debes combinar alcohol y cafeína? Parece una práctica común beber una taza de café para apaciguar los efectos del alcohol. Sin embargo, mezclar estas dos sustancias es nocivo para la salud. Las personas que mezclan alcohol y cafeína tienen 600% más probabilidades de sufrir palpitaciones cardiacas y 400% de sufrir temblores, insomnio e irritabilidad en comparación con quienes tomaron solamente alcohol.
De hecho, los efectos de esta combinación no solo son físicos, sino también psicológicos porque nubla el juicio de dos maneras:
- Te hace sentir más fuerte de lo que realmente eres.
- Deseas tomar alcohol más intensamente.
¿Por qué nunca debes combinar alcohol y cafeína?
De acuerdo con Robert Swift, director asociado del Centro de Estudios sobre el Alcohol y Adicciones de la Universidad de Brown, combinar alcohol con cafeína no es recomendable porque la cafeína refuerza el efecto del alcohol durante el sueño y, además engaña al cerebro dándole la sensación de que está menos ebrio.
Esta indicación de Swift aplica para la típica taza de café que suelen recomendar para aliviar el estado de ebriedad, pero también tiene que ver con la combinación de bebidas energizantes -con altos contenidos de cafeína- con alcohol.
El alcohol activa la producción de adenosín monosfato cíclico, que es el químico que provoca que una persona se sienta con más energía, desinhibida, alegre y con muchas ganas de hablar. A la vez, hace que se liberen otros neurotransmisores que desaceleran procesos cerebrales, lo cual genera cansancio, disminución del tiempo de reacción y confusión.
Al consumir productos con cafeína mientras se bebe alcohol, se refuerzan los efectos del adenosín monosfato cíclico, y si la cafeína permanece mucho tiempo en el cuerpo, refuerza también el efecto del alcohol cuando la persona está durmiendo, lo que hace que el cerebro esté activo por más tiempo, provocando que no se logre descansar.
Las bebidas energéticas también contienen gran cantidad de azúcar, así como otros ingredientes, como la taurina y junto a los altos niveles de cafeína, estas sustancias afectan a nuestro organismo y pueden conducir a la ansiedad, ataques de pánico, aumento de la presión arterial, así como daño permanente de procesos cerebrales.