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¿Cuáles son las consecuencias de no respetar los horarios de comida?

No basta solo con comer sano, también hay que respetar los horarios de comida. Así como los excesos, los desórdenes alimenticios predisponen a las personas a padecer enfermedades del aparato digestivo. Foto: Freepik

En otros artículos hemos insistido en la importancia de llevar una alimentación balanceada rica en frutas y vegetales. Actualmente los horarios laborales y las dinámicas de la cotidianidad son aún más demandantes, lo que nos obliga a tener mucho más cuidado con nuestro régimen alimenticio y de actividades físicas. ¿Cuáles son las consecuencias de no respetar los horarios de comida?

¿Por qué debes respetar los horarios de comida?

De acuerdo con especialistas del Ministerio de Salud (Minsa), no basta solo con comer sano, también hay que respetar los horarios de comida. Así como los excesos, los desórdenes alimenticios predisponen a las personas a padecer enfermedades del aparato digestivo como gastritis, al igual que obesidad, diabetes, hiperlipidemia o estados patológicos en los cuales se incrementan los niveles de colesterol y triglicéridos.

Según un estudio realizado por el King College de Londres, conjuntamente con la Universidad de Newcastle, Universidad de Surrey y el Centro de Investigación Nestlé, comer con frecuencia a distintas horas afecta los ritmos circadianos. Muchos procesos metabólicos en el cuerpo siguen un patrón circadiano, como el apetito, la digestión y el metabolismo de la grasa, el colesterol y glucosa; de ahí que sea tan importante ser ordenados en nuestros hábitos alimenticios.

Para evitar padecer alguna enfermedad relacionada con el síndrome metabólico, es importante desayunar, almorzar y cenar a la misma hora y hacer dos meriendas entre comidas al día; la primera merienda, tres horas después de desayunar y la segunda tres horas después de almorzar, así tus jugos gástricos se mantendrán estables.

Comer a las mismas horas y nunca saltarte alguna comida te ayudarán a tener un metabolismo acelerado, a prevenir enfermedades como la hipertensión y diabetes, mantener un peso estable y adecuado, tener más energía y con eso una mayor capacidad para concentrarte y realizar óptimamente las labores del día a día.

Fuentes

Ríos, P. B. (2009). La educación nutricional como factor de protección en los trastornos de la conducta alimentaria. Trastornos de la conducta alimentaria, (10), 1069-1086.

Más Sarabia, M., Alberti Vázquez, L., & Espeso Nápoles, N. (2005). Estilos saludables de vida y su relevancia en la salud del individuo. Humanidades Médicas, 5(2), 0-0.

Listín Diario.

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