El COVID-19 es una enfermedad infecciosa que se transmite principalmente a través de las gotículas generadas cuando una persona infectada tose, estornuda o espira. Se sabe que la población es riesgo son las personas mayores y quienes padecen de enfermedades crónicas. Pero, jóvenes y COVID-19, ¿las nuevas variantes los hace más vulnerables?
Al inicio de la pandemia, se consideró que el riesgo de desarrollar complicaciones podía aumentar en las personas de la tercera edad, así como también en las aquellos que tienen otros problemas de salud como afecciones cardíacas o pulmonares, un sistema inmunitario debilitado, obesidad o diabetes.
De ahí que en los primeros meses de la crisis sanitaria se categorizó a estas personas como población de riesgo, excluyendo así a personas menores de 30 años, adolescentes y niños.
Sin embargo, los virus cambian constantemente a través de la mutación. Hoy en día, muchas variantes del COVID-19 generan preocupación porque contienen mutaciones en la estructura parecida a púas que tiene la proteína S, y que es la que el virus usa para unirse a las células e infectarlas.
Entre esas variantes se encuentran: Reino Unido (B.1.1.7), Sudáfrica (B.1.351), Japón/Brasil (P.1), Estados Unidos (California) (B.1.427) y más recientemente la C.37 llamada variante Andina.
¿Por qué las variantes han causado tanta preocupación?
En primer lugar, porque han demostrado una capacidad de propagación más agresiva y, además, porque han afectado incluso con síntomas mucho más peligrosos a jóvenes con o sin condiciones preexistentes que, en principio, se creía no formaban parte de la población de riesgo, eran asintomáticos o no desarrollaban complicaciones.
Las nuevas variantes de COVID-19 son más contagiosas y afectan más a los jóvenes que el virus original que surgió hace más de un año, cuando las personas menores de 30 años a menudo no mostraban síntomas.
A lo largo de las oleadas anteriores de COVID-19, los niños y los adultos jóvenes eludieron las consecuencias más graves de la pandemia, mostrando síntomas leves o ninguno. Ahora, las variantes de propagación más rápida están enviándolos más al hospital. La tasa de mortalidad es baja -comparada con los casos de personas mayores-, pero los médicos dicen que el virus ahora está enfermando más a los jóvenes, algunos de manera grave.
Jóvenes y COVID-19: ¿las nuevas variantes los hace más vulnerables al virus?
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre diciembre de 2020 y marzo de 2021, las tasas de mortalidad entre menores de 39 años en Brasil se duplicaron, se cuadruplicaron para las personas de entre 40 y 50 años, y se triplicaron para aquellos de entre 50 y 60 años. En otros países como Chile, por ejemplo, los índices de hospitalización de menores de 39 años aumentaron en más de 70% en los últimos meses.
Una de las razones que explica por qué hay más jóvenes afectados en esta última ola, tiene que ver sencillamente con la aceleración de la pandemia que ha provocado un aumento en el número de casos en general y, por ende, un aumento en el número de jóvenes también.
Pero, además, el problema está en que la población joven es la que está actualmente más expuesta al virus, en comparación con la población de mayor edad. Son los que están más activos al ser la base de la fuerza laboral. Muchos forman parte del sector de servicios y desempeñan trabajos que requieren participación presencial.
Otra razón del incremento de contagios de COVID-19 -y sus variantes- en personas jóvenes, puede ser que la mayoría de las personas mayores han sido vacunadas, en tanto que los jóvenes siguen estando expuestos y aún no han sido inoculados.
Ante esta situación, es imperativo continuar con las normas de seguridad e higiene para prevenir el contagio de COVID-19. Seguir cuidándonos es tarea de todos.