Trastornos de salud mental: ¿existe una relación con riesgos asociados al trabajo?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada ocho personas en el mundo padece algún trastorno mental, es decir, sufren de alteraciones en el pensamiento, irregularidades en sus emociones y/o comportamientos. Perú no escapa de esta realidad, según datos periodísticos, más del 30% de la población sufre de algún trastorno mental, siendo la depresión la más común.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV TR) define al trastorno mental como un síndrome o un patrón de comportamiento asociado a un malestar presente, a una discapacidad funcional significativa o a un riesgo aumentado de sufrir un daño a la salud, de morir, de discapacidad o de pérdida de libertad.

Dependiendo de factores biológicos, experiencias de vida, antecedentes familiares o el estilo de vida de las personas, cabe la posibilidad de sufrir trastornos de salud mental. Estos a su vez afectarán la capacidad que tiene una persona de relacionarse con los demás y vivir normalmente cada día. Afortunadamente, existen diversas opciones terapéuticas, tratamientos psicológicos y medicación.

Tipos de trastornos mentales

• Trastornos de ansiedad: Se caracterizan por un miedo y una preocupación excesivos y por trastornos del comportamiento. Una persona con ansiedad puede sentir angustia, pánico, entre otros síntomas más graves.
• Depresión: Una persona con depresión puede tener dificultad de concentración, sentimiento de culpa excesiva o de autoestima baja, falta de esperanza en el futuro, pensamientos de muerte o de suicidio, entre otros síntomas.
• Trastorno bipolar: Las personas afectadas experimentan episodios depresivos alternados con períodos de síntomas maníacos.
• Estrés postraumático: Este trastorno puede desarrollarse después de la exposición a un suceso o serie de sucesos extremadamente amenazantes u horribles.
• Trastornos del comportamiento alimentario: La anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa se caracterizan por alteraciones en la alimentación y preocupación por los alimentos, así como por problemas notables de peso corporal y forma.

El trabajo y la salud mental

A pesar de que el trabajo puede ayudar a una persona a estar sano mentalmente, pues esta actividad proporciona medios de vida, confianza en el propósito y logro, oportunidades de relaciones positivas y una base para establecer rutinas, entre otros beneficios, no escapa de ciertos riesgos asociados.

Un trabajador que tiene buena salud mental es mucho más productivo para una empresa. Sin embargo, debido a las altas exigencias laborales actuales, es probable que las presiones diarias sometan al trabajador a tener sobrecarga de trabajo, aceleración de los plazos de cumplimiento y expectativas muy elevadas.

Ante esto y otros factores, un trabajador se frustrará y se llenará de tensión e impotencia, y por consecuencia sufrirá estrés laboral. En todo caso, los trastornos mentales asociados con los riesgos en el trabajo pueden preverse. Si no, el individuo tendrá repercusiones físicas y mentales muy negativas y mortales.

Algunas enfermedades físicas relacionadas son:

• Hipertensión
• Cefalea
• Lumbalgias
• Isquemia
• Hemorragias cerebrales
• Cáncer

Para prevenir trastornos mentales en los trabajadores, se tienen que promover e involucrarse en los programas que originen hábitos saludables y seguros.

Se deben enfocar en los siguientes aspectos:

• Manejo de estrés.
• Prevención de la ansiedad y depresión.
• Políticas contra el hostigamiento y acoso laboral.
• Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
• Fomentar la búsqueda de ayuda profesional para liberar o remover el estigma en salud mental.
• Apoyar a los trabajadores con trastornos mentales.
• Crear un entorno propicio al cambio.

Las medidas para abordar la salud mental en el trabajo deben aplicarse con la participación significativa de los trabajadores, sus representantes y las personas que han tenido experiencia directa con trastornos mentales.

Trastornos de salud mental en Perú

Desde hace unos años, el Estado peruano ha tenido buenas intenciones al momento de hablar de la salud mental. En 2019 introdujo la Ley de Salud Mental Nº 30947, con el fin de implementar un modelo de atención comunitaria centrado en las necesidades de las personas y que los especialistas puedan brindar esta ayuda.

En ese mismo año (2019) más de 6 millones de peruanos requerían atención médica relacionada a problemas de salud mental. Es decir, cerca del 20% de habitantes en el Perú padecería trastornos de depresión, ansiedad, estrés u otros más complejos que derivan en adicciones y episodios de violencia.

No obstante, artículos periodísticos reseñan que nuestro país no tiene una plataforma para ejecutar plenamente la mencionada ley. Una investigación del Instituto Nacional de Salud Mental en el 2021 identificó que, de cada 100 personas con algún trastorno mental detectado, 50 desearon recibir tratamiento, pero solo 12 tuvieron acceso a uno.

Un estudio de la consultora Dench arrojó que un 66% (de 400 trabajadores del sector privado) afirma que sus centros de labores no realizan ninguna actividad por promover la salud mental, que los ayude a despejar el estrés y minimizar el impacto que ha generado los estragos de la pandemia.

Además, solo 15% manifestó que en su empresa promueven conversatorios o charlas sobre el tema, el 12% que fomentan la realización de ejercicios físicos, el 5% que ofrecen cursos de yoga, manejo del estrés, inteligencia emocional, entre otras, y el 2% que le brindan acceso a un psicólogo o le dan cobertura psicológica en su seguro de salud.