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Dislipidemia: ¿cómo afecta tu rendimiento laboral?

La dislipidemia es una condición en la que ocurre el desequilibrio de lípidos (grasas) en la sangre, es decir, niveles muy elevados de colesterol, colesterol LDL (colesterol malo), triglicéridos, y niveles bajos de colesterol HDL (colesterol bueno). Foto: Freepik

En el mundo laboral actual existe una condición de salud que suele pasar inadvertida, afecta significativamente el rendimiento y bienestar de los trabajadores: la dislipidemia. Se trata de un desequilibrio de uno o más tipos de lípidos (grasas) en el torrente sanguíneo que se presenta como un riesgo para la salud física de los empleados.  Además, es un detractor silencioso de la productividad y eficiencia en los lugares de trabajo a nivel global.

Existen varias aristas en la relación entre la dislipidemia y el rendimiento en el trabajo. Un desbalance lipídico puede conducir a enfermedades cardiovasculares, incrementar los niveles de fatiga y provocar problemas de salud mental. Por lo tanto, es crucial abordar esta condición que incluya el tratamiento médico y, estrategias de prevención y manejo en el ámbito laboral.

Con un número creciente de profesionales afectados por la dislipidemia, el absentismo laboral debido a sus complicaciones a largo plazo se convierte en un problema importante y determinante a la hora de implementar medidas preventivas y de manejo para mitigar estos riesgos.

¿Qué es la dislipidemia?

La dislipidemia es una condición en la que ocurre el desequilibrio de lípidos (grasas) en la sangre, es decir, niveles muy elevados de colesterol, colesterol LDL (colesterol malo), triglicéridos, y niveles bajos de colesterol HDL (colesterol bueno). Estos desniveles aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Los lípidos son un grupo diverso de compuestos orgánicos que realizan funciones críticas en el cuerpo humano. Incluye el procesamiento de grasas, aceites, ceras y ciertas vitaminas. Todo eso lo transforma en energía, estructura celular, regulación hormonal, mantenimiento de la temperatura corporal, protección de órganos y la absorción de vitaminas. Por eso, tener un balance saludable de lípidos, es crucial para el bienestar general.

El desbalance de lípidos se produce generalmente al tener un estilo de vida sedentario y consumir alcohol en exceso. Sin embargo, también se desarrolla en personas con diabetes y enfermedades renales crónicas.

Impacto en el rendimiento laboral

Para mitigar estos impactos, es esencial adoptar estilos de vida saludables, realizar chequeos médicos regulares y fomentar ambientes de trabajo que promuevan la salud y el bienestar. Dietas balanceadas, actividad física regular, manejo del estrés y educación en salud son fundamentales.

La dislipidemia puede afectar el rendimiento laboral de varias maneras:

  • Fatiga: Los niveles elevados de lípidos pueden llevar a la fatiga, reduciendo la energía y la concentración necesarias para tareas laborales.
  • Problemas cardiovasculares: El riesgo incrementado de enfermedades cardiovasculares puede resultar en ausencias laborales debido a citas médicas, tratamientos o recuperación de eventos como ataques cardíacos.
  • Salud mental: Pueden aumentar el estrés y la ansiedad, afectando negativamente la productividad y la satisfacción laboral.

Medidas para la prevención de la dislipidemia

La prevención y manejo de la dislipidemia pueden mejorar significativamente el bienestar general y el rendimiento laboral. Es importante mantener una dieta saludable y balanceada rica en frutas, verduras, granos y proteínas magras. Además, poner límites a la ingesta de grasas saturadas, grasas trans y azúcares ayudará a mantener niveles saludables de lípidos.

Aquí te dejamos otras estrategias efectivas:

  • La actividad física regular ayuda a mejorar el perfil lipídico y a mantener un peso saludable. Se recomienda al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana.
  • El estrés crónico puede afectar los niveles de lípidos en la sangre. La meditación, el yoga, y una adecuada gestión del tiempo pueden ser beneficiosas.
  • Revisiones médicas regulares permiten detectar tempranamente la dislipidemia y otras condiciones relacionadas. Seguir las recomendaciones médicas para el tratamiento y manejo es clave.
  • Estar informado sobre los riesgos y prevención de la dislipidemia empodera a las personas para tomar decisiones saludables en su vida diaria y laboral.

En resumen, la dislipidemia es una condición que, sin el manejo adecuado, afecta negativamente el rendimiento laboral. Las empresas y sus colaboradores deben trabajar juntos para promover ambientes laborales que apoyen la prevención de enfermedades y el bienestar general de los empleados.

En Perú, por ejemplo, la prevalencia de la dislipidemia muestra cifras considerables, reflejando un tema de salud pública importante. Según un estudio mencionado en la Revista SciELO, la prevalencia del LDL-C (colesterol LDL elevado) en Perú se reportó en un 17,7%​​ en adultos. Otro estudio disponible en Redalyc indica que la prevalencia de colesterol total es del 19,6%, la hipertrigliceridemia (triglicéridos altos) del 15,0 en adultos.

Fuentes
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